22 de octubre de 2018

La cabra que se animó a volar



Pastora sabía de tierra áspera y ríspida, de las rocas de las altas cumbres del Himalaya. Con mucho cuidado y paciencia subía, subía... su ascenso era tenaz y constante, a pesar de su pata lastimada; Pastora, hasta la cima del Everest no iba a parar. Veía aves que volaban altísimo. 
Una vez se cruzó con un ansar indio, lo miró muy muy alto y se prometió que iba a aprender a volar, (las promesas de las cabras no son moco de pavo, no importa el tiempo que les tarde llegar a su meta).
La segunda vez que se cruzó con Shantai, le envió un whatsap donde decía "quiero que me enseñes a volar", a lo que éste le contestó que su sueño siempre fue aprender a escalar montañas.
"Trato hecho" le mandó Pastora en un mensaje, yo te puedo enseñar pero hay que comenzar por cerros, montañas más sencillas que éstas.
Charla va, charla viene, Pastora le contó que ella era de Sudamérica pero cuando comenzó a practicar yoga y a meditar,decidió viajar a la India.
"En Chile hay una ciudad muy hermosa donde yo iba a pasar mis vacaciones,le comentó Pastora, y escalaba los cerros, allí podrías comenzar tu aprendizaje". 
Shantai asintió. 
Decidieron encontrarse el 3 de octubre alrededor de las 19 hs. en la plaza de Temuco. 
Así fue, la cita se cumplió tal cual como pactada. 
Pastora decidió comenzar por el cerro de los Milagros. 
En cinco o seis semanas, Shantai logró su cometido. 
En eso se escucharon aplausos muy fuertes. 
Una cabra enseñandole a escalar al ave más grande del mundo!
-" Es tu turno" le dijo muy ansiosa Pastora a Shantai, "ahora yo quiero aprender a volar"!
-"Ya lo has conseguido" le contestó el ave, "el logro es tuyo, para volar no hacen falta solamente alas: el deseo, el intento y la utopía son suficientes, te felicito".

Para mi amiga Loreley Molinelli que me ayudó a concretar uno de mis sueños más deseados, gracias!