20 de febrero de 2015

La sirena del barco


Susana se recostó, cerró los ojos, comenzó a respirar profundo y se entregó a los gratos sonidos de los cuencos. De pronto sintió la sirena de un barco y una imagen se desplegó ante ella. La vio a Alicia esperando a su amor, Eduardo, que había viajado hacía quince años a Europa por temas familiares y su retorno se demoró más de los previsto.
                El barco se acercaba cada vez más a la costa y Alicia se preguntaba si se reconocerían, si él estaría muy cambiado, si continuaría siendo su mismo amor; en fin, innumerables preguntas…
                Susana continuaba con sus respiraciones en un estado de sopor, no sabía bien si estaba despierta o quizás soñando.
                De pronto, un silencio muy profundo. Susana se incorporó emocionada: los pasajeros estaban desembarcando y Alicia buscaba a su amor.  




Dedicado a Los cuencos tibetanos que me inspiran historias mientras los escucho.