5 de junio de 2013

Lo natural



Ese domingo a la tarde tomaba mate distraído; miraba a través de la ventana cómo crecían mis plantitas y hacía mentalmente la lista de las tareas pendientes: trasplantar el malvón, podar la ligustrina, sacar los yuyos del rosal.
De pronto vi que algo se movía en el teclado de la computadora. Me acerqué lentamente y vi una pequeña araña trepando las teclas. ¡¿Qué hacés acá vos?! ¿Acaso te volviste cibernética?
Tomé un papel y con mucho cuidado subí a la araña y la llevé al jardín. En realidad, ESE era su lugar, lo NATURAL y no lo virtual. Ahí es donde tenés que tender tus redes.
Y así fue que rescaté a la arañita que enfilaba para la compu y la dejé en el romero.

Para Mariel G., una amiga a la que también le gustan las palabras.