25 de febrero de 2010

El baile

Llegamos al baile casi al mismo tiempo y cuando entramos al salón la consigna fue BAILAR, bien o mal, sola o acompañada, disfrazada o no, pero bailar.
Nosotras no sabíamos bien de qué se trataba la cosa, entonces, con algo de timidez, comenzamos a mirar a nuestro alrededor, a ver si los que ya estaban de antes nos daban una pista y nos hacían lugar.
Producto de la excitación y la emoción nos sorprendió el llanto, pero nos tranquilizamos cuando se nos acercó alguien y nos dijo que no se trataba de un concurso, que lo importante era sentirse bien y disfrutar. Nos mezclamos entre la gente y, de pronto, nos descubrimos bailando. ¡Qué bueno! Todo era nuevo para nosotras: sonido, música, aromas, colores, fragancias y tantas otras sensaciones.
El salón se fue llenando de a poco, no faltaron empujones ni pisotones, pero tampoco faltó quien nos diera una mano para ayudar a levantarnos al caer.
Así es el BAILE, así es la VIDA, un baile que se hizo popular allí por los años 50 y al llegar a los 50 levanto la copa y digo ¡¡¡QUE SIGA LA MÚSICA QUE BAILAR ES FANTÁSTICO!!!

 Para mi amiga Roxana,un abrazo enorme, Flavia, tu compañera de baile.