1 de diciembre de 2017

Siempre enhorabuena

Siempre en horabuena


Cuando León, el abuelo de Pedro, cumplió 80 años, la familia le organizó una reunión.
Luciana, una sobrina de León, que lo quería mucho, le dedicó un cuento.  En un momento
mientras Luciana  leía, se emocionó y se le quebró la voz; entonces Pedro, que tenía 8 o 9 años, le ofreció  terminar de leer el cuento. 
Así fue: Pedro tomó el papel y continuó con la lectura de un modo impecable, todos lo aplaudieron.
Muchos años después, cuando Luciana estaba por presentar su segundo libro, pensando en qué cuento leería, recordó la anécdota del cumpleaños de León y le preguntó a Pedro si le gustaría leer un cuento el día de la presentación de su libro. Él, entusiasmado le dijo que sí.
El día del evento, Pedro con sus 22 años,se sentó al lado de Luciana, leyó el cuento con la misma maestría que lo hiciera cuando era niño, pero esta vez, desde su celular.
Nuevamente fue aplaudido por todos, en especial por Luciana que se sintió muy feliz.

Dedicado a mi sobrino Andrés el día de la presentación de mi libro. Un abrazo fuerte,  tía Flavia.