2 de mayo de 2016

Lluvia de arroz




Iba caminando por la calle, el día era radiante. De pronto, pasé por una esquina y comenzó a caer del cielo algo raro. No era una lluvia común; en realidad, llovía arroz. ¡Claro!, salían novios del registro civil y los empapaban con arroz y pétalos de flores. Alguno me salpicó.
Me quedé parada para ver salir a los novios.
Ella, radiante; y él, muy buen mozo. Entonces me sorprendí de que yo los conocía de otra época. Me les acerqué y nos reconocimos inmediatamente. La alegría de encontrarnos en una circunstancia así se acrecentó y nos dimos un abrazo muy fuerte. Realmente me emocioné. No quise retenerlos mucho tiempo porque había gente que los quería saludar. El encuentro me conmovió.
Seguí caminando y pensé:

—Las esquinas son una sorpresa y uno las toma como algo tan cotidiano. Una pareja uniendo su amor a la vuelta de la esquina… como Verónica y Carlos a quienes les deseo que sean muy felices y que sigamos encontrándonos enhorabuena.