19 de agosto de 2016

Remigio y su enamorada





Remigio era un paisano muy simpático, conocido en el pago por sus bromas y ocurrencias. Él estaba de novio con Azucena y tenían secretos amoríos en los maizales donde se declararon amor eterno.

Al parecer, Azucena era una muchacha muy querendona y tenía una punta de admiradores, pero Remigio era su novio oficial y ella quería casarse con él.
Remigio se hacía el desentendido.

—¿Y, Azucena, para cuándo los confites? —apuraba la paisanada.
—Ja Ja Ja, ¿Azu-cena o Azu-almuerzo? —bromeó Remigio.

Un día, Azucena tomó el toro por las astas y lo encaró.

¿Querés saber qué se dijeron?

“Remigio, ya estoy desconfiando /  y veo que vos me estás farreando, /  te juro, si fuera puro cuento / lo del casamiento no vuelvo al maizal. / Remigio, no me andís bolaseando, / decime si te sigo gustando. / Remigio pa´casarnos prontito / aura mesmito comprame el colchón.
 Así que no volvés al maizal? 
Si no hay casamiento, no 
Querés casorio aura también? 
Claro, pretendientes tengo…
— Como!, tenís pretendientes? 
Claro….. Remigio vos tenés que comprender / que yo de piola no m´e vua´quedar, / porque me arrastra el ala don Daniel, / porque me sigue siempre ´ño Julián, / me espera siempre el Tape en el jaguel, / me encuentra en tuitas partes Barragán, / y vos sabés que floja fuí / cuando aquel beso allá en el maizal”. 
 
 
En recuerdo de Coca y Alex, dos personas entrañables. Y también dedicado a Claudia y Roxana, dos amigas de la vida. 




Fuente del texto de la ranchera:

http://www.nuevoslibros.com.ar/Letras-Tango-R/t-7475/REMIGIO-(RANCHERA).htm