Gladys
Un grupo de amigos de
la Facultad se fue a pasear a Barcelona. En realidad, se habían ido por un
intercambio de la facu, pero aprovechaban,
entra examen y examen, para conocer y disfrutar lindos lugares.
Como era la primera vez que iban, todo era nuevo para
ellos. Y, después de visitar los lugares clásicos, fueron a la Oficina de
Turismo para que les recomendaran algún buen guía que los llevara a esos
rincones a los que no van los turistas, esos que se descubren medio sin querer.
El empleado de la oficina les dijo:
“Miren, muchachos,
nosotros la tenemos a Gladys que es una genia. Los va a llevar por todos lados y,
a la hora que quieran, está disponible. Solamente la tienen que cuidar mucho.
Gladys conoce palmo a palmo, los lugares que ustedes quieren recorrer”.
Los amigos,
intrigados, se miraron entre ellos. “¿Qué tendrá esta tal Gladys que es tan
famosa en la oficina?” Uno pensó: “Por ahí es medio tímida, y nosotros que
somos varios…”
“No
se preocupe”, le dijo Maxi, “la vamos a cuidar muy bien”. “¿Y cuánto cobra
Gladys?”, preguntó Iván.
“No es barata, pero es accesible”, le contestó el
empleado.
“¿Y tenemos que pagar todo de antemano?”, preguntó Nahuel.
“Ustedes
me dejan una seña y al final me saldan el resto”.
Los
muchachos estaban realmente excitados.
“¿Quieren conocer a Gladys?”, preguntó
el hombre.
“Síiiiii”, dijeron a coro.
“Un momentito, ya la llamó”, comentó el
empleado que notaba la ansiedad en los chicos. “¡González!”, gritó y le dijo a
un vendedor algo al oído.
De
pronto, los chicos se vieron ante una hermosa casa rodante de marca Grammys:
“Nosotros
la llamamos Gladys”, dijo el vendedor, “¿¡que la disfruten!!”.
Para mi sobrino Martín y sus amigos
que están teniendo una experiencia inolvidable!!!!